15 abril 2011

Maratón de Rotterdam

Cuatro palabras de inglés y algo de ilusión y bastante menos dinero del que se piensa, alrededor de 350€ (hotel+ coche+ gasolina+ comida+vuelo+inscripción en viernes, sábado y domingo), es lo único que se precisa para participar en uno de los eventos de referencia del mundo del running, el resto viene todo dado, gente entregada, amabilidad y sobre todo, la insuperable compañía de Pirri y Pesca.
El viaje partía desde Oporto, única forma en la que nos cuadraban las fechas para llegar sin muchos apuros de tiempo. La tan criticada Ryanair, era la compañía que nos llevaba al otro extremo de Europa sin mayor incidencia.
Una vez en Charleroi (Bélgica) nos hacemos con el coche de alquiler, yo creo que buena idea de ocio más allá del evento deportivo en si mismo, más que nada, por la libertad de movimientos que aporta. Ese mismo día tenemos una cena entrañable en el pueblo de Charleroi y conocemos una de sus tascas típicas donde el Karaoke y la cerveza ponían el toque de calidad; eso sí cuando dejas de consumir eres amablemente invitado a abandonar el local, supongo que será algo habitual.
El sábado recogida de dorsales en Rotterdam, pronto te percatas de que esto no es un evento de pueblo, dada su profesionalidad y el buen hacer de los voluntarios, el enfoque es claramente internacional y de primer nivel.
Sábado tarde: mención aquí a la visita a Amsterdam, donde la pasión y el culto a la bicicleta es tan desmesurado que por momentos las calles son vertederos de las mismas, oxidadas, acinadas y roídas; hecho bastante alejado del glamour que se presupone a la tan cacareada Venecia del Norte, consejo, llevar mirado el tema del alquiler de bicicletas.
El domingo, día del gran evento, todo está controlado al milímetro, de forma excesiva diría yo, y la ambientación de música por el speaker nada tiene que ver con la que apota nuestro querido Miguel.
La salida, vertiginosa, tres km a ritmo de 10.000 y a continuación el equipo en bloque hasta la media al milimétrico ritmo marcado por Pirri, tras un par de broncas de Pesca hacia mi.
En la media Pirri se descuelga, sabedor del poderío de Pesca; en el km 30 mi rodilla dice basta, en el km 32 echo a andar sin remedio, solamente correría los últimos 300 metros, cojeando ostensiblemente y para la foto. En meta, Pesca descomunal 3h, Pirri constante a la vez que brillante 3h 13 min y yo, con la sensación de haber podido hacer una buena carrera (3h 51min), otra vez será...
Conclusión:
“¡O mellor de todos!”, esa es la definición que han dado Pirri y Pesca acerca del Maratón de Rotterdam; y si lo dicen ellos que han corrido un muchísimas será verdad.
En mi opinión, Rotterdam es alucinante, una ciudad moderna, con muchísima gente joven, donde el deportista, diría yo, es venerado, el público es muy apasionado y la organización es absolutamente profesional. No conozco demasiados eventos de este tipo, pero, sin duda, este está al máximo nivel.

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